Onicogrifosis. ¿Qué es?
Al hablar de onicogrifosis, nos estamos refiriendo a una distrofia ungueal, en la que la matriz ungueal, deja de generar una lámina fina para generar una lámina ungueal engrosada con pliegues córneos.
Su aspecto es más oscuro, grueso y sin brillo. Al estar más engrosada, suele desengancharse del lecho ungueal (onicolisis), esto puede originar que se cree en ese espacio, cierta humedad. Y es por esta razón, que existe más tendencia a aparecer los hongos (micosis).
La onicogrifosis debe ser diagnosticada por un podólogo, ya que existen patologías que pueden cursar una clínica parecida o mixta. En el caso de la psoriasis, pueden darse uñas estéticamente similares, o en ocasiones no solo se trata de una uña estropeada, sino que además presenta infección por hongos, por lo que deberemos tratar ambas patologías.
* En esta imagen podemos apreciar las uñas onicogrifóticas, y en la siguiente imagen las mismas uñas con el tratamiento realizado. Después de la primera sesión, deberán realizarse seguimientos, para de esta manera, procurar de nuevo, el correcto crecimiento.
¿Por qué se origina la onicogrifosis?
La etiología se suele dar principalmente por microtraumatismos, calzado laboral de puntera de hierro, predisposición genética o simplemente por un golpe fuerte, que dañe la matriz de la uña.
¿Tratamiento onicogrifosis?
El tratamiento para este tipo de uñas, consiste en realizar un fresado y un buen mantenimiento, para dejar las uñas lo más finas posibles. Es importante evitar calzados de punta dura y cuidar la base de la matriz para que esta pueda regenerarse. Para un tratamiento correcto, deberemos acudir con frecuencia al podólogo, aumentando así, las posibilidades de reversión a un estado normal. Puesto que, de esta manera, la oxigenaremos y reeducaremos desde la base.
En ocasiones, el tratamiento no solo ira enfocado a corregir el crecimiento de la uña. Sino que, se deberá diagnosticar, si la forma de caminar está influyendo negativamente generando más microtraumatismos contra el calzado. Por ejemplo, un dedo en hipertensión, nos elevará más de la cuenta el primer dedo y en cada pisada estará realizando contacto contra la puntera del zapato. En ese caso el podólogo, prescribirá unos ejercicios para la mejora, y en casos muy avanzados se puede realizar una tenotomía para corregirlo.